LA PUNTA DE LADRIDO

¿Cómo describirlo?
Podemos decir que Ladrido son dos montículos que forman una ondulación con dos peraltes (casi como dos eses acostadas juntas) y que jalonan una ría. Imaginen que en el peralte de la derecha se encuentra el núcleo poblacional y en el de la izquierda una masa de eucaliptos, básicamente, que forman un monte o bosque muy denso.
Entendemos, vulgarmente, los lugareños que la punta es el final del segundo coto, porque –creo yo- remata el pequeñísimo cabo que, en definitiva, es nuestra aldea.
Ir a la punta o “ir dar la vuelta a la punta” supone un recorrido de entre 30 minutos para los más entrenados y 45 minutos para los menos acostumbrados a andar diariamente. Consiste básicamente en recorrer parte del primer monte, contemplando la ría y dar una vuelta completa a la segunda montaña.


El recorrido en su primera parte, discurre entre las casas de la aldea hasta que entramos directamente en el monte y encontramos una bifurcación de la carretera. Si tomamos a la derecha iremos al pueblo de Espasante y dirigiéndose a la izquierda encontraremos el campo de fútbol de la parroquia (actualmente casi en total desuso) y una carreterita con dos entradas en forma de círculo, de tal manera que tomemos la que tomemos, vendremos a parar al mismo lugar del principio.


Esta rotonda gigante por el monte es un lugar rodeado de eucaliptos pero que en ciertos tramos nos ofrece paisajes de calidad, pudiendo observar la Isla de San Vicente, la playa de Morouzos de Ortigueira, la villa de Cariño y el cabo Ortegal, todo ello desde un mismo punto. Es habitual encontrarse con pescadores que preparan sus cañas subidos en las rocas y cuando el mar lo permite, pequeñas embarcaciones de pesca quietas en un punto, probablemente pescando calamares.
Es muy interesante este paseo por varias razones: porque se realiza en un abrir y cerrar de ojos, porque las vistas son muy buenas, porque respiramos aire puro, porque nos encontramos con nosotros mismos si vamos solos y entre nosotros si vamos acompañados.


Los lugareños lo hacemos casi todos los días, es nuestra alameda particular, nuestro lugar de encuentro habitual, donde intercambiar un breve saludo o una larga conversación.
Anímense y si pasan por este lugar, no dejen de dar un paseo por la punta.