PENSIÓN BAJAMAR
Ladrido s/n
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TRES BANCOS COMO TRES MOAIS

Son tres bancos de madera colocados en A Pena do Xuncal, en la ría de Ladrido, donde finaliza uno de los caminos que van a dar al mar, que no es el morir.
El lugar es muy tranquilo, la mayoría de los que por allí vamos somos vecinos de la parroquia que cuando disponemos de un momento libre nos acercamos a tomar el aire, el sol (cuando el tiempo lo permite), a pescar o a charlar. Puede que en alguna ocasión se acerque algún individuo foráneo, pero casi siempre conocido, que siente curiosidad por estos lugares alejados del bullicio y la sociabilidad de las playas con castillo de arena.
Según se mira, hacia el margen derecho, hai una pequeña cala con arena y algo de piedra, así como unos peñascos de mayor tamaño. Puede uno elegir entre instalarse en la parte arenosa y mancharse la piel de arena o sentarse en una roca para no tener que limpiarse posteriormente.



En el inicio existe una zona de juncos de la que emana una fuentecilla, como un pequeño abrevadero en el que poder beber agua fresca. Hay que tener mucho cuidado porque a nada que se despiste uno y roce con su mano o su boca el barro arenoso, se enturbia completamente, teniendo que esperar 10 minutos como mínimo si queremos volver a beber en condiciones óptimas.
Si nos sentamos en los bancos y miramos al frente, podemos ver lo que aquí llamamos “area branca, por tener un color blanquecino que contrasta con el cromatismo apizarrado de la arena del otro lado de la ría, es decir, de la de nuestra orilla.
Cuando la marea está baja -porque la marea tarda en subir por completo, aproximadamente, 6 horas, y tarda otras 6 horas en volver a bajar, de manera que se completa un ciclo cada 12 horas- es posible cruzar la ría andando y dar un paseo por la Praia de Morouzos, que tenemos enfrente. A la derecha de los bancos (que observamos en la primera foto) podemos contemplar la Illa de San Vicente. Con marea baja, si caminamos hacia la derecha encontraremos una zona de rocas con mejillones diminutos pegados, lapas, bígaros, camarones, quisquillas, cangrejos pequeños y demás. Al fondo de la ruta explorable desde tierra hay una pequeña playa llamada “A Foz”, casi siempre desierta, pero yo a veces voy a bañarme allí, porque además, siempre con marea baja, el agua suele estar con temperatura óptima para poder entrar en ella sin dificultad. Hace ya 20 años o más que veraneaban por aquí unos alemanes que siempre elegían esa playa, decían en la aldea que se desnudaban por completo, pero bueno, como eran alemanes, pensaban distinto y venían del país del más allá, no sólo se admitía, sino que se veía como algo positivo.


No es necesario utilizar cemento para desarrollar un lugar. Tantas veces, basta con dejarlo como está, porque la naturaleza no nos necesita para nada, nosotros somos parte de ella, si la maltratamos nos hacemos daño a nosotros mismos. Y no nos damos cuenta de ello. Por eso estos tres bancos de madera, como tres Moais que miran a lo lejos y que acogen a cualquiera en su lecho, son la única infraestructura que se necesita en un entorno como el que les describo.


Fotografía 1: Illa de San Vicente, en la intersección entre las rías de Ladrido y Ortigueira.
Fotografía 2: A Pena do Xuncal, en la parroquia de Ladrido.
Fotografía 3: Al fondo "Area branca" el final de la lengua de dunas de la Praia de Morouzos.

2 comentarios:

Patricia dijo...

Hai un relato de Henry James que se chama "O banco da desolación". Lembreino vendo a foto.
Un saúdo. Bonito blog

Dirección dijo...

Grazas. Buscareino e lereino.

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