Uno de esos platos fritos que son un manjar de diario.
Nos gusta la salsa alioli hecha con un par de dientes de ajo, un huevo crudo y aceite de girasol. Le añadimos unas hojas de perejil picado para que le dé color, porque el ajo y el perejil siempre son una buena combinación.
El pollo debe estar cortado en trozos pequeños y bien frito, hasta que la piel quede crujiente y así se pasará también por dentro. De otro modo nos quedaría crudo y no estaría bueno, para nuestro gusto.
Lo adobamos con bastante ajo y sal gorda.
Lo hemos acompañado con unas patatas fritas cortadas en dados que untamos en la salsa.
Es un plato común del recetario español.
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