No, aunque parezca tarta repetida, no lo es. Nada tiene que ver ésta que les presentamos, con la otra de igual forma redonda y azúcar glas de hace algunos meses. La otra estaba hecha con nueces molidas, tipo tarta de Santiago -aunque más jugosa- y en la de hoy los frutos han sido cortados a mano, de tal forma que es posible hincarles el diente pudiendo identificar cada trozo por su sabor y textura, algo bruta, pero exquisita. En este sentido, la superficie montañosa resulta sugerente.
Por lo demás, los ingredientes que utilizamos son también distintos, quedando un resultado mucho más elaborado y consistente, apropiado para fechas señaladas, no tanto por el coste de los productos -cualquier fruto seco es válido-, como por el tiempo requerido para la preparación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario